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miércoles, 19 de enero de 2011

Cuento de Navidad.

CUENTO DE NAVIDAD


Érase una vez una niña llamada Sonia.
Su madre se llamaba Lucía y su padre Juan. Sonia, por Navidad, quería pedirse dieciocho cosas y su madre le dijo: ¡No te puedes pedir tantas cosas! y Sonia le dijo ¿Por qué? y su padre le contestó: Por que los demás niños también pedirán cosas y tú no eres la única niña del mundo. Hay más niños que también quieren que les traigan regalos. Entonces Sonia se enfadó y subió corriendo a su habitación.
Al día siguiente la profesora fue preguntando a los niños ¿Qué queréis por Navidad? Y los niños respondieron. La profesora preguntó a Sonia, y esta respondió:“dieciocho regalos”. Cuando los demás niños se fueron, la profesora le dijo a Sonia: ¡No seas egoísta, hay más niños en el mundo y ellos también quieren regalos!
Sonia se fue a casa, al llegar le dijo a sus padres que iba a quitar algunas cosas de las que había pedido. Las quitó y les dijo a sus padres: papá, mamá, solo me he pedido siete cosas. Su padre le dijo que muy bien, pero que debía quitar algo más. Sonia subió a su habitación y quitó dos cosas más.
Bajó enseguida y le dijo a sus padres que solo se iba a pedir cinco cosas. Sus padres le dijeron ¡Muy bien hecho hija!
Más tarde, se pusieron a ver una película que trataba de la Navidad. Cuando acabó, cenaron. Pero se dieron cuenta que no tenían árbol de Navidad. Fueron a todas las tiendas donde los vendían, pero en ninguna quedaban árboles, solo quedaban adornos.
De repente, los abuelos de Sonia llamaron por teléfono diciendo que si iban a su casa a disfrutar de la Navidad, pero les dijeron que no podían porque estaban buscando un árbol de Navidad.
Los abuelos dijeron que ellos lo habían comprado en la esquina de su casa, pero allí también habían mirado.
Al día siguiente Sonia se acordó que sus abuelos tenían un árbol en el desván y con suerte no lo habían tirado. Llamó a sus abuelos y les preguntó si aún lo tenían.
Fueron a por él y tuvieron una Feliz Navidad.
Cuando Sonia se levantó, tenía los dieciocho regalos que había pedido al principio, pero como ya no quería tantos los compartió con los niños pobres y fueron todos muy felices.

Trabajo realizado por María R.

Animaros a pasar vuestros cuentos al pen-drive, y los podremos leer aquí.

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