Un día, Julia y Trompo vieron a un extraño pajarillo posarse en la ventana de su cuarto. Era de color esmeralda, con puntitos de color rojo. De lo bonito que era decidieron tenerlo.
-¡Qué bonito es!-exclamó Julia.
-¡Vamos a llamarlo Marco Polo, como el pajarillo del abuelo!- dijo Trompo emocionado.
Y así fue. Pero cada día que pasaba, el pájaro se volvía cada vez más triste. Cuando los hermanos se dieron cuenta decidieron soltarlo. El pequeño pajarillo asomó la cabeza fuera de la jaula, dudando, pero al final pió varias veces y echó a volar. A los dos les dio un poco de pena, pero les alegraba ver a ese tímido pajarillo volar felizmente por el cielo. Aquella noche algo extraño les pasó a los hermanos. Cuando cerraban los ojos empezaban a ver ciudades, parques, lagos… pero creían que sólo era un sueño. Luego se dieron cuenta de que no era un sueño, era lo que veía el pajarillo que habían soltado esa misma mañana. Entonces vieron la magnífica ciudad de París. Era tan bonita. Estaba llena de gente, había mucha luz y luego vieron la Torre Eiffel. Después vieron más ciudades, como Londres, Atenas, Helsinki…
Cuando se levantaron por la mañana estaban exhaustos, porque no habían dormido nada.
Desde aquel día los hermanos siempre veían lo que Marco Polo veía, y también, se sintieron más alegres.
FIN
TRABAJO DE SAMUEL
tenéis que admitir de que está bien...
ResponderEliminarlo siento, retiro el "de que"
ResponderEliminar