La ProvidenciaBartolomé Leonardo de Argensola | |
«Dime, Padre común, pues eres justo, ¿Por qué ha de permitir tu providencia Que, arrastrando prisiones la inocencia, Suba la fraude a tribunal augusto? »¿Quién da fuerzas al brazo que robusto Hace a tus leyes firme resistencia, Y que el celo, que más la reverencia, Gima a los pies del vencedor injusto? »Vemos que vibran victoriosas palmas Manos inicuas, la virtud gimiendo De triunfo en el injusto regocijo.» Esto decía yo, cuando riendo Celestial ninfa apareció, y me dijo: «¡Ciego! ¿es la tierra el centro de las almas |
lunes, 6 de febrero de 2012
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